domingo, 6 de marzo de 2011

... o 30

Sí, 31, que son los años que casi han pasado desde que Loquillo (con Intocables) lanzara su primer disco...
Anoche estuvo aquí, en Granada, en el auditorio Manuel de Falla. Y allá nos fuimos: Lola, Mirin, Celia, Ernesto y yo, con intención de mover un poco el esqueleto... y vaya si lo movimos.

Resulta un poco chocante ver al pájaro loco proyectado entre las lámparas caras del auditorio, pero, ¡que leche!, los tiempos cambian para todos.

Así que allí estábamos, sentados, muy formalitos, con el escenario iluminado y una foto de la Dietrich... esperando que saliera el loco a darnos una patada en la glándula del ritmo, bastante atrofiada últimamente por la falta de sonidos claros en este ruidoso ajetreo diario.

Y ahí está, este gigante venido de otro tiempo, negro estricto, tupé vistoso pero sin excesos, chaqueta, y sonrisa pícara de medio lado, de chico malo que tuvo que conformarse con ser famoso. Un símbolo de moteros, sin carnet de conducir, ''demasiado rocker para los punks, demasiado punks para los rockers...'', demasiado loquillo para todos.

En las calles de Madrid, María (que grande, es que uno peina canas, que le voy a hacer, y tengo mis preferencias, esto promete, pensé), hasta que tuvimos que levantarnos de la silla con Pégate a mí, para ya quedarnos de pie: el hombre de negro, rompeolas, linea clara, todo el mundo ama a Isabel, carne para linda, memoria de jóvenes, feo-fuerte-formal, siempre libre, arte y ensayo, cruzando el paraiso, R&R actitud, rock suave, cuando fuimos los mejores, R&R star, la mataré, ritmo del garaje (el orden no puedo recordarlo)... hasta el cierre apoteósico: Cadillac solitario... casi dos horas de loquillo, sin trogloditas ni intocables.

¿que fue lo mejor?... bueno, hubo varios signos emocionantes: el loco no dudó en volverse hacia la trasera del escenario, desde donde un buen puñado de posesos bailongos veían el concierto (cosas de la música clásica), es más, los privilegió con varias visitas a pie de grada (que no podía hacer con el graderío anterior), con el artista paseando entre la peña, dejándose tocar, saludando, estrechando manos, haciéndose fotos (incluso con un chavalín de pocos años al que sus padres quieren hacer rockero, ¡ya podrá contarlo de mayor!)... la gran cantidad de gente joven, es verdad que te hace sentir un poco carcamal, pero da punto pensar que a lo mejor no es tan raro que te siga gustando esta música, los dos cigarros fumados en el escenario, que uno puede estar dejando de fumar, o intentándolo, pero de eso a que un artista no pueda pegar unas caladas mientras se lo curra, joder, ¡que fume lo que le salga!.

En fin, dos horas bien echadas, un buen sábado, casi treinta años después de aquel ''esto no es Hawai'' que fue casi un lema de la movida. Bueno, esa no la cantó. Dice mi hija que ya no le pega... puede ser. Pero da igual, no importa si estás junto a mí.

1 comentario:

  1. Que envidia! Yo lo vi este verano en el Blues de Cazorla y terminé de enamorarme de él. Que artistazo madre, que grande!

    ResponderEliminar